martes, 3 de mayo de 2011

1.

Y aquí estoy, caminando a desgana por una carretera polvorienta y cuarteada, parece una interestatal... hace horas que no pasa un coche, el último un Munstang rojo, muy sucio, lo conducía un tipo con la mirada vacía, me recordó a mí por un momento... la boca seca, sabor a resaca, no recuerdo la noche de ayer. Necesito un cigarro... mmm, así, mucho mejor... me llegan ecos de una slide guitar en medio del desierto, tchs, tchs, debe ser mi cabeza, por cierto, ¿alguien encontró mi cabeza? ¿quizás unas millas más atrás, en la cuneta? aprieta el sol, repartiendo implacable justicia sobre el desolado paisaje y el sudor empapa la camisa, casi es medio día y diviso un bar de carretera... trailers aparcados en fila, uno trás otro, parecen grandes animales descansando, repostando fuerzas y escupiendo penas... entro en el local justo en el momento en que una mosca cae fulminada tras recibir la fulgurante bienvenida en la trampa eléctrica de la entrada. Percibo ese olor, mezcla de comida requemada, sudor rancio, horas de carretera y el pachuli de la camarera gordita, que me recibe con una sonrisa forzada en los labios y tristeza en los ojos. Creo que tomaré un bourbon...

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